Edificar sobre la Roca
miércoles, 20 de mayo de 2020
El amor
Una de las preguntas más difíciles de responder es ¿Me amas? - Muchas veces optamos por un ademán de cabeza, un si escueto, o en el mejor de los casos una profunda afirmación ¿Pero logramos entender la amplitud de esta pregunta? Amar, amar verdaderamente es una tarea compleja, gloriosa, pero llena de diversos matices.
Los matrimonios se fundamentan en una expresión, ¡Si, Acepto! Y es una verdad, con esa expresión aceptamos a una persona dentro de nuestras vidas para siempre, una persona que aunque nos atraiga físicamente , aunque tenga gustos similares etc, genéticamente no es igual y por tanto es muy probable que en algún momento no estén de acuerdo. Si acepto, implica aceptar que tu pareja tendrá un día malo, que no te responderá como esperas, aceptas que esa persona no siempre será como la conociste. Si déjame decirte que en ese acepto es muy posible que puedas sufrir. Esa afirmación implicará un paso de fe inmenso. Porque casarse, o tomar a alguien como pareja es eso, es un acto de fe. Un acto en el que esperas que todo salga bien. Pero la Fe siempre va a ser probada y desgraciadamente muchos no están dispuestos a esperar. En este mundo de microwaves, las relaciones son como la comida rápida, se aman hasta que sus motivos se enfrían. Muchas relaciones de hoy no saben manejar sus crisis. Aunque me duela decirlo muchas parejas son tan desechables como las servilletas de un restaurante.
En este mundo de redes sociales el amor se reduce a un estado de WhatsApp, a una publicación en Facebook. Pero el amor es más que palabras y frases bonitas, el amor es acción. El amor aunque es un acto de fe, también necesita obras. Aunque se confiesa con la boca es necesario construirlo con las manos. Un amor sin obras que lo demuestren no es amor. Nadie puede decir te amo si no ha perdonado una y otra vez, si no se ha tenido que quitar algo suyo para dárselo a quien ama. Nadie puede decir Te amo sin estar dispuesto a sacrificarse. Y es que el amor no trata de nosotros sino de esa persona a quien decimos amar. El amor moderno es un amor en segundo plano. Porque el mundo, nos enseñó a amarnos más a nosotros mismos. Por eso pocos están dispuestos a asumir los sacrificios que implica amar.
Y es que deberían añadir a esas preguntas matrimoniales ¿Está dispuesta o dispuesto a renunciar? Porque si, el amor se trata también de renunciar a uno mismo. En el amor no existe el orgullo, toda barrera desaparece y no hay lugar para las deudas. Hay matrimonios con cuentas por cobrar hace años. Viven con esa famosa frase "¡Me las pagarás! ¿Puedes creerlo? Asumir una relación implica renunciar a sueños personales para hacerlos colectivos. Significa que ya no soy yo, sino nosotros. Significa que no es mío, sino nuestro. Significa que no soy mío, sino suyo. Amar, amar es renunciar a todo y a todos. Es descartar las opciones disponibles para vivir por una. Amar en ocasiones significará renunciar a amistades y hasta familiares. Amar te costará todo. Espero que tengas esto en cuenta cuando te vuelvan a preguntar ¿Me amas?
Yosmel
viernes, 8 de mayo de 2020
Arboles bien plantados
Jer 17:7 ”¡Pero
benditos sean aquellos que sólo confían en mí!
Jer 17:8 Son como árboles plantados a la orilla de un río: extienden sus raíces hacia la
corriente, el calor no les causa ningún daño, sus hojas siempre están verdes y
todo el año dan fruto.
Reconozco que hay matrimonios que me inspiran. Algunos por los
muchos años de relación, han celebrado bodas de
Plata (25) o de oro (50). Otros porque son tremendamente exitosos, han
desarrollado una familia estable, han logrado en sus años metas y han
construido hogares sólidos. Son en efecto esos arboles en la orilla de un rio
que siempre sus hojas están verdes.
Cuando miramos la naturaleza es
casi imposible no ver a Dios y resulta asombroso como Dios se revela a si mismo
y aún un árbol a la orilla de un rio nos puede aportar una enseñanza formidable.
Mantener un matrimonio no es una tarea sencilla y mucho menos que se sienta
rejuvenecido o reverdecido.
Pero este pasaje de Jeremias nos ofrece 3 consejos para
lograrlo:
1.
Confiar solo
en Dios v. 17.
La clave de éxito de un
matrimonio parte de aquí. El mundo ofrece muchas herramientas, libros de autoayuda,
consejerías si me pregunta ninguno de estos recursos están mal pero depositar
nuestra confianza en Dios y entregarle el control de nuestras vidas nos
garantiza llegar a puerto seguro. El matrimonio ha de unirse en uno con Dios y
buscar que esa unión permanezca indivisible.
2.
Plantarse
cerca del Rio.v18
Desde que nacemos tenemos una
perspectiva tan egoísta de nuestro propósito o destino. Y los matrimonios no
escapan a esto. Las personas se casan por intereses personales, pero en ocasiones
algunos pocos se casan para potenciar el llamado de Dios. Cuando el matrimonio
se une para juntos servir a Dios y buscar cumplir su propósito en la tierra adquieren
una fuerza asombrosa para luchar por su llamado. Suceden casos que a pesar de
que son llamados a ser uno, los matrimonios conviven en el hogar como dos seres
diferentes. Y aunque necesariamente usted no sea llamado a ser un pastor o
cargo similar, el matrimonio tiene infinitas maneras de servir a Dios. Desde el
apoyo financiero a misioneros o ministerios, hasta el ayudar en las labores de
servicios, conozco matrimonios anónimos que ser verdaderos héroes de Fe. Esto
les ha garantizado juntos poder mantenerse enfocados en su ministerio y a
minimizado las tentaciones que vienen por la falta de identidad y propósito.
3.
Extender las raíces.v18
La relación con Dios es
fundamental para la salud de cualquier matrimonio cristiano. Mientras más edad
tiene un árbol más profunda suelen ser sus raíces. Los arboles no solo crecen
en estatura, también sus raíces crecen para sostener todo el cuerpo. Un árbol con
mucha estatura si no tiene raíces profundas el mas mínimo viento lo tiraría al
suelo. Existen matrimonios que logran alcanzar prosperidad económica, y
comienzan a tener una vida aparentemente exitosa pero su relación con Dios es
nula y cuando han soplado las primeras tempestades el matrimonio ha caído en ruinas.
Mientras mas prospere tu matrimonio más profunda tiene que ser su relación con
Dios. Esto les garantizará que aún cuando lleguen momentos de sequía esas raíces
sepan alimentar su relación.
Oramos para que esta palabra sea
de bendición.
lunes, 20 de abril de 2020
La Partenidad
Éxo_20:12 Honra a
tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu
Dios te da.
Somos hijos. Eso
quiere decir que tenemos padres, no salimos de la nada, no crecimos solos. Nos
alimentaron, nos atendieron, nos cuidaron, pasaron incontables noches con
nosotros, nos enseñaron a dar nuestros primeros pasos, nuestras primeras
palabras. Cuando usted se mira hoy, hay una señal imborrable de la paternidad
que se ejerció sobre usted. No importa entonces, a donde vayas, en donde estés,
si aun cambiases tu identidad los genes te delatarían y te recordarían
perpetuamente quienes son tus padres.
Entender esto
primero es la base de la lealtad hacia los padres. Hay muchas personas hoy
intentando ganarse un titulo por el cual no se esforzaron. Es muy fácil tomar
un hijo ya criado, cambiarles la mente y volverlo contra sus verdaderos padres.
Hay quienes van a intentar comprar tu lealtad. Te harán regalos, te elogiarán,
quizás hasta te aplaudan lo que haces mal solo para ganar tu confianza.
Padre es una
palabra que no le queda a cualquiera, un padre, protege, alimenta, consuela,
corrige, enseña, castiga, exhorta.
He visto el caso
de hijos que salen de sus casas porque no están de acuerdo con Papá. Algunos salen
con la escusa de voy a demostrar que soy mejor padre que tú, aun cuando no
tienen hijos. ¿Le parece extraño? Si, un padre aconseja cuando es el tiempo
correcto, pero también advierte de estos peligros. Los hijos en su
inexperiencia no son capaces de entender el camino recorrido por el padre.
Quizás la parte más
difícil de entender es el amor de padre. Un padre ama aún al hijo mas rebelde.
Aún cuando el hijo toma lo que un día el padre invirtió en el y se va lejos de
su presencia el Padre sigue con un corazón esperanzado esperando su retorno. La
casa del padre siempre está abierta para los hijos. El padre siempre tiene
tiempo para recibir a un hijo que estaba lejos. Entiendo mejor que nunca el
corazón del Padre del hijo Prodigo.
He estado en la
condición del hermano mayor. He preguntado porque amas a este que te traicionó,
que te lastimó, que te robó. Los hijos que están cerca nunca entenderán el amor
y preocupación de un Padre por el que está lejos. Ellos caminan en lealtad
hacia el padre, pero no logran entender la lealtad del Padre por el que no
camina de la misma forma hacia él. Pero el Padre siempre es Padre. Es su
naturaleza, no se niega a si mismo. Si es imposible que niegues tu paternidad,
es imposible también que un padre niegue a su hijo. Su ADN está en él, pero en
ellos también esta su vida, sus horas, sus desvelos, su sudor y sacrificio.
Seamos fieles ya
sea como hijos o como padres. Dios les bendiga.
domingo, 19 de abril de 2020
La base de la obediencia es el amor.
La base de la obediencia es el amor.
Muchos siempre se preguntan porque era necesario que ese
árbol estuviera al alcance del hombre. Culpan a Dios de tentar al hombre y es
que es más fácil dejar caer la culpa que enfrentarla. El árbol del conocimiento
del bien y el mal tipifica la batalla diaria que vive cualquier creyente. La
invitación está presente siempre, y la frase come y no morirás se disfraza de
una u otra manera.
El miedo a morir frena a muchos a comer. Y es que este miedo
se representa en, ¿Qué dirán? ¿Si me ven? ¿Si se enteran? Resulta que este tipo
de obediencia fundada en el temor termina cuando se pierde precisamente eso, el
temor. Cuando alguien desobedece y nota que aparentemente no sucede nada pierde
el temor y por tanto sucumbe a la desobediencia.
Eva mordió el fruto y al notar que no murió convido a Adán a
hacer lo mismo. Este al ver que efectivamente Eva tampoco había muerto cedió a
la invitación de esta. Su temor a la muerte había desaparecido y por tanto la
causa de la obediencia también.
Como vemos obedecer por temor no es efectivo y ante los ojos
de Dios es despreciable. Dios conoce nuestros corazones y sabe cuando uno finge
obedecer pero realmente no quiere hacerlo. Estaríamos engañándonos a nosotros
mismos.
Surge una pregunta entonces. ¿Cómo obedecer de forma
efectiva?
La clave es el amor. Somos capaces de todo por aquellos a
quien amamos. Uno busca por todos los medios no lastimar a la persona que ama,
y se adentra en una búsqueda implacable para cultivar esa relación con el
amado.
El amor verdadero es obediente. Que diferente entonces es
obedecer por amor. El que obedece por amor encuentra un dulce sabor a esta
disciplina. El que obedece por temor encuentra un pesado yugo cual cargar. El
que ama, busca cada día como ser más obediente por tal de agradar al amado. El
que teme busca como evadir la responsabilidad de la obediencia y alivia su
culpa con su propia lastima.
En nuevos creyentes la idea de un Dios omnipresente,
omnisciente genera un temor pánico cuando entienden que no tienen forma de
esconderse. Los creyentes maduros sirven con un temor reverente que busca no
lastimar esa relación de ninguna manera.
Mi consejo final
Enamórese de su trabajo y buscará ser el mejor. Enamórese de
sus estudios y tratará que nada le afecte su desempeño. Enamórese de su
conyugue y no tendrá necesidad de buscar nada afuera. Enamórese de Dios y podrá
vivir a plenitud.
Dios le bendiga.
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